Muchos escritores judíos y no judíos murieron durante el Holocausto después de ser prohibidos y perseguidos. Desde diferentes géneros y temáticas, sus palabras se tornaron su propio peligro. Muchos de ellos murieron en guetos, campos de concentración o campos de exterminio. Otros lograron escapar transmitiendo lo que estaba sucediendo ante la invasión nazi.