Irene Dab vivía en Varsovia y tenía apenas 5 años en 1939, año de la invasión nazi a Polonia. Fue una de las 400.000 personas confinadas en el Gueto de Varsovia. A esa corta edad debió aprender a esconderse, a decir «tía» a señoras desconocidas, a llamar por otro nombre a su propio padre, a hacer de roperos sus refugios. A pedido de su padre que la sacó del gueto, fue adoptada por un matrimonio joven que le dio el nombre de Teresa.