La obsesión nazi por el deporte fue parte de la política educativa general para crear una sociedad sana físicamente. En las Olimpiadas de 1936 las teorías raciales se pusieron a prueba con severidad.
“El deporte alemán tiene un solo propósito: fortalecer el carácter del pueblo alemán, inculcándole el espíritu de pugna y la camaradería constante necesarios en la lucha por su existencia.”
Joseph Goebbels, ministro de Propaganda, 23 de abril de 1933