Después del ascenso de Hitler (1933), el crecimiento de la legislación antijudía y la dificultad de la aceptación de los judíos en otros países, los judíos alemanes buscaban emigrar con desesperación. Es así como el día 13 de mayo de 1939, más de 900 judíos abandonaron Alemania desde el puerto de Hamburgo en el barco crucero St. Louis con destino a Cuba, y de ahí, a Estados Unidos. De ellos, 158 eran niños y niñas.